El modelo Green Dot, también conocido como el programa Step Up!, ofrece un enfoque proactivo para la intervención de los espectadores, centrándose en el poder de las acciones positivas para prevenir el acoso y la violencia. En este modelo, las acciones positivas se representan como "Puntos verdes", mientras que los casos de daño o violencia se representan como "Puntos rojos". Al alentar a los espectadores a intervenir a través de comportamientos positivos, el modelo Green Dot tiene como objetivo crear entornos más seguros y de mayor apoyo. La premisa del modelo Green Dot se basa en la idea de que las pequeñas acciones cotidianas pueden tener un impacto significativo en la reducción de los casos de violencia y la creación de una cultura de seguridad y respeto. Estas acciones pueden variar desde simples actos de bondad y apoyo hasta formas más directas de intervención cuando se presencia un comportamiento potencialmente dañino. Los programas de intervención de los espectadores como el modelo Green Dot pueden ser muy eficaces para reducir las tasas de violencia y acoso. Un estudio publicado en el American Journal of Public Health descubrió que las comunidades que implementaron programas Green Dot experimentaron una disminución del 17% en la perpetración de violencia sexual en comparación con las comunidades de control.
Uno de los principios clave del Modelo Punto Verde es el concepto de movilización de los espectadores. En lugar de poner la carga de la intervención únicamente sobre la víctima o el agresor, el modelo enfatiza el papel de los espectadores en la creación de una red de apoyo y rendición de cuentas. Al empoderar a los espectadores para que tomen medidas, ya sea a través de la intervención directa o promoviendo conductas positivas, el Modelo Punto Verde busca cambiar las normas y actitudes sociales en torno a la violencia y la agresión. El Modelo Punto Verde también enfatiza la importancia de la participación de toda la comunidad para crear un cambio duradero. A través de iniciativas integrales de capacitación y educación, las escuelas, los lugares de trabajo y otras organizaciones pueden fomentar una cultura de responsabilidad colectiva y de espectadores activos. Al dotar a las personas de las habilidades y el conocimiento para reconocer las señales de alerta, intervenir de manera efectiva y apoyar a los sobrevivientes, el Modelo Punto Verde promueve un enfoque holístico para la prevención de la violencia.
El modelo Green Dot también reconoce que la prevención de la violencia requiere un enfoque multifacético que aborde factores subyacentes como los desequilibrios de poder, las normas sociales y las desigualdades sistémicas. Al participar en un diálogo continuo y en iniciativas de defensa de derechos, las comunidades pueden trabajar para crear entornos en los que no se tolere la violencia y todos se sientan seguros y respetados.
El modelo Green Dot ofrece un enfoque proactivo y empoderador para la intervención de los espectadores, haciendo hincapié en el poder de las acciones positivas para crear entornos más seguros y combatir el acoso y la violencia. Al movilizar a los espectadores y fomentar una cultura de responsabilidad colectiva, el modelo Green Dot representa una estrategia prometedora para promover la seguridad, el respeto y el bienestar en las comunidades.