Ser testigo de un caso de acoso o intimidación puede ser una experiencia traumática para la víctima. Después de eso, ofrecer apoyo emocional y recursos puede desempeñar un papel crucial en su proceso de recuperación.
Reconozca su experiencia:
Después de un incidente, lo más importante que puede hacer es reconocer la experiencia de la víctima. Hágale saber que vio lo que sucedió y que le importa. A continuación, se ofrecen algunas formas de expresarlo:
Escucha activa y validación:
Cree un espacio seguro para que la víctima exprese sus sentimientos. Escuche atentamente sin juzgar y valide sus emociones. Hágale saber que sus sentimientos son comprensibles y que no está sola. Evite ofrecer consejos no solicitados o tratar de minimizar su experiencia.
Ofrecer apoyo y recursos:
Según la gravedad del incidente, es posible que la víctima necesite apoyo adicional. Esto es lo que puede hacer:
Respete sus límites:
Si bien ofrecer apoyo es fundamental, es igualmente importante respetar los límites de la víctima. Es posible que no esté lista para hablar de inmediato o que prefiera buscar la ayuda de otra persona. No la presione para que comparta detalles con los que no se sienta cómoda.
Soporte a largo plazo:
Recuerde que el impacto del acoso o la intimidación puede persistir. Siga en contacto con la víctima durante los días y semanas posteriores al incidente. Hágale saber que sigue estando ahí para ella y que puede comunicarse con usted si necesita algo.
Al ofrecer apoyo y recursos, puede marcar una diferencia significativa en el proceso de curación de la víctima. Sus acciones pueden empoderarla para que hable por sí misma, busque ayuda y desarrolle resiliencia frente a la adversidad. La próxima lección explorará la importancia de denunciar incidentes y la rendición de cuentas de los transeúntes.